El regreso de Quetzalcoatl
(serpiente emplumada)
Estoy tan acostumbrado al silencio de la muerte,
que ni cuenta se ha dado que tan solo dormía.
La última vez que me vieron, allí donde llueve ceniza,
cazaba con mis manos conejos de fuego en la oscuridad.
El sonido del águila me ha devuelto la mirada,
dos gemas de jade que el nuevo Sol me regala.
Ahora camino sobre el viento encendido,
volando sobre el intranquilo mar de arriba.
Las sombras sacuden su polvo en el espejo humeante,
recuerdan su voz al filo del tiempo que marca tu regreso.
Las animas se agitan en la orilla del olvido,
como aves sin ojos, erráticas y confundidas.
Sumergidas en los sueños de obsidiana negra,
esperan por tí para salir de su último infierno.
El aliento clama en el vacio de las caracolas,
su canto funerario, su llanto de espinas.
Las flores derramadas en la región transparente,
se humedecieron con el rocío amargo de nuestras lágrimas.
Las grecas silenciosas se llenan de savia,
con el sigilo de quemantes serpientes de lava.
Las piedras recuerdan las promesas incumplidas,
en la casa del colibrí aún resuenan tus palabras.
Los árboles secos como manos de la tierra,
reclaman el brillo del Quetazl y su arcoiris.
El jardín infinito con el trino de las aves del paraiso,
despereza el letargo de su primavera anochecida.
Los antiguos guerreros renacen donde el jaguar reposa,
y danzan libres con el roce mágico de tu cola dorada.
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Estos versos me han recordaro a mi ya añeja lectura el Popol vuh y a las leyendas de Miguel Angel Asturias.
ResponderEliminarEsa mitología, tan exótica desde mi punto de vista, siempre me ha despertado mucha curiosidad, quizá algún díapuede profundizar más en ella, cuando tenga tiempo, aunque el tiempo siempre corre en contra de los pobres mortales.
Saludos
Si supongo que si, pero viviendo en méxico donde quedó arraigado el sincretismo cultural, no nos es tan extraño y menos cuando nos interesa y nos hemos empapado de esa riqueza cultural de los antiguos mexicanos. Pago tributo a Nezahualcoyotl y algunos términos tipicos de nuestros antepasados, como "el espejo humeante" sobrenombre que se le daba al lago sobre el que se asentó la ciudad de méxico y que en las mañanas frias parecía humear con el vapor que emanaba... "ahi donde llueve ceniza" una alegoría en relación a la región de los volcanes activos cercanos que cuando se activan bañan de ceniza la zona... y asi...
ResponderEliminargracias por comentar Narci.
Interesante su blogs
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