¿Quién le salvará del silencio de la noche
en las horas que son espinas ardientes
cuando los fantasmas aparecen sin rostro
y pronuncian su nombre sin decir nada?
¿Quién arreglará su máquina de sueños
su averiada arquitectura del horizonte
jugando juegos complejos sin juguetes
entre sombras y amigos invisibles?
¿Quién liberará al niño atrapado en el incendio
en la casa del dolor que enmudeció su alegría
y curará las heridas que crecen en su interior
ocultas bajo el polvo del olvido?
¿Quién recordará los momentos no vividos
que imaginaba observando desde lejos
y rescatará su frágil corazón en coma
de su abismo permanente?
¿Quién tendrá los ojos para verle
y decifrar el misterio de su mirada
que observa sin comprender la razón
de por qué ha nacido en un infierno?
Preguntas difíciles de contestar , Jorge.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu poesía.