En mis noches de desierto,
de escarpados riscos,
de vientos murmurantes,
de lunas sigilosas.
Se despliega en caravana,
la procesión de estrellas,
el aullido de mis sombras,
el lamento del silencio.
Enfrentado contra el cielo,
mi mirada como sonda,
cuestionaba mis dilemas
al oráculo celeste.
El enigma de la noche,
cual reciprocante espejo.
activaba mis neuronas
en sinápticos destellos.
Despertando las memorias
de fantasmas de lo eterno,
hibridando una respuesta
retumbó una voz sin tiempo.
"La respuestas en el cielo,
ahí están para el que observa,
solo hay que saber formular,
las preguntas correctas."
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